Ayer hablé yo a mi hermano de la anhedonia. Es un mal que sufren las personas que no disfrutan de nada. Van como robots a todos los sitios. No disfrutan de la comida, de los paseos, de los monumentos espectaculares, de los ocasos rojos ni violetas ni de ver al otro sexo etc. La anhedonia puede afectar a los enfermos mentales, es un tránsito cuando las pastillas no funcionan o cuando el enfermo no se adapta a su realidad. Es penoso vivirla, ves a los demás como carne que anda y ves las cosas que a otros maravillan como un simple destello muy débil para los sentidos. Yo la he vivido. No es como una depresión, pero se le acerca. Puta anhedonia. No tenía que existir.
La sombra agresiva de las siestas de agosto
viene a este noviembre, con signo de derrota.
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