Hoy habrán nacido niños, unos cuantos. Los niños dan alegría y ganas de cogerlos, de hacerlos muecas divertidas, de amamantarlos, de limpiarles los mocos, de besarlos; así hasta que se hacen mayores. Cuando empiezan a andar hay que tener mucho cuidado con ellos, pues no tienen miedo a nada. Hay, por lo tanto, que meterles el miedo a los coches, a los enchufes, a los productos farmacéuticos que saben a fresa, etc. Los niños pequeños que nacen nuevos no saben nada. Solo que su madre significa comida. Luego van aprendiendo normas, modos de conversar, qué está bien y qué está mal. Y ojalá no cojan una adicción de mayores porque en España, las adicciones se cogen con facilidad.
Todos fuimos niños.
Todos empezamos a distinguir lo malo de lo bueno. O casi todos.
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