miércoles, 27 de noviembre de 2024

 Los locos que componemos versos y prosa con adjetivos, intervenimos en las letras y las damos vueltas sobre sí mismas para que digan algo. Los surrealistas no solían decir más que el producto en regüeldo de sus sueños: no se les entendía nada. ¿El hombre es consciente la mayor parte del tiempo? Claro que sí. No así los drogados que pierden la razón. Los surrealistas se drogan con las palabras y las hacen incomprensibles, oscuras, mierda del subconsciente. No hay cosa peor para la poesía que un surrealista. Va llenando un almacén de palabras sin sentido y dice: los árboles insomnes, el rojo cocodrilo o el oso popular. Y va sacando de su subconsciente todo lo estúpido del lenguaje. Y no llega a nada, como un toro que no transmite bravura. Ser surrealista es muy fácil. Usar la razón para escribir poesía es complicado.

Me gustaría tener un gesto de amor con una señorita.

Un gesto de amor que haya que hacerlo en la cama.

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