miércoles, 25 de enero de 2017

Cuando se está bajo de tono vital o deprimido es bueno adoptar una disciplina horaria en tu vida que no haga necesario pensar qué vas a hacer en los momentos siguientes. Ir al trabajo se convierte entonces en una forma de orientar tu vida de forma efectiva.
Y pasar unas horas haciendo lo que sea, te distrae de tu depresión hasta que llegas a casa y ya debes tener resuelto qué vas a hacer en esos momentos: dar un paseo, escribir, leer o simplemente, ver la televisión. Así es más fácil pasar el día hasta que se te vaya la depresión y puedas entonces improvisar cosas como los buenos actores hacen cuando tienen un papel fácil por delante.
De todas maneras, cuando estás deprimido, no estás en la onda de los demás, estás como ausente y por eso hace falta premeditar qué vas a hacer y no dejarlo al albur porque si no, tu vida es más desordenada de lo normal y acaba en un desastre.
Así pasan unos días que pareces un robot con unas rutinas impuestas por ti mismo pero que son necesarias para que la depresión no haga que se desboque el desorden de tu vida.
Y es bueno también en estos casos, llevar un diario aunque los días sean igual de planos y aburridos. A lo mejor, en ese diario descubres algo que no se te pasaba por la cabeza y es básico para remediar la depre. Además, escribir lo que nos pasa es terapéutico.

Si estás deprimido, sigue un orden.


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