Ya son casi las doce. Es lo bueno que tiene esto de escribir aquí: que me paso un cuarto de hora con cada blog de estos. Como el despertar ha sido un poco trágico para mí, escribir esto ha hecho que mate la mañana y que mate el mal humor que me acosaba en la cocina mientras tomaba café. Es un oficio antiguo este de escribir. Antes solo escribían unos señores que tenían buena letra y que iban contando las hazañas de los reyes. No veas cómo se ha democratizado esto de escribir. Lo hacen ya hasta los escritores más tontos del planeta y encima, venden, ¡venden! sus escritos. Yo no tengo mucho interés en que lo que escribo aquí llegue muy lejos, solo me consuelo yo mismo de mi trágica situación de enfermo mental que no trabaja, que no tiene un horario, que solo tiene unas horas vacías y necias que navegar en el mar del aburrimiento.
No hay que aburrirse, siempre hay algo que hacer.
Tengo una amiga que hace pulseras. Hay gente que hasta lee el periódico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario