Tengo un vaso lleno de agua a mis pies para bebérmelo cuando termine de escribir esto. Si vives moderadamente y con sencillez, puedes vivir mucho tiempo a gusto. Si vives envidiando lo de los demás y con un hormiguillo que no te deja disfrutar de lo tuyo por encapricharte de lo ajeno, no vives a gusto. Quieres ser ese que no eres y así, no eres auténtico. Le pasa a mucha gente. Viven con sus cabezas dando vueltas a lo que disfrutan los demás quizás porque lo intuyen o lo viven gracias a unos amigos ricos que se tienen. Se ven en vacaciones y entran en su mundo pero al cabo de una semana los tienen que decir adiós a esos amigos ricos. Y esta despedida duele mucho porque es como si les expulsaran del paraíso. Y están dale que dale comprando cosas caras para parecer otros y así, nunca son auténticos. Tienen un sentimiento de desterrados de la riqueza y la opulencia y no viven bien. No hacen buenas digestiones.
Basta de razas ubérrimas, de razas fecundas
porque lo que hay son razas ignorantes y envidiosas.
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