Nada importa tanto como no perder la calma y seguir el ritmo de vida habitual. Y no cansarse de hacer siempre lo mismo. Porque es así. Siempre lo mismo con algunas variantes. Una geografía fabulosa se tiende ante nuestros pies. Las manos calientes de nuestra historia se desprenden del cuerpo, contaminando todo aquello que tocan. Al sol no le oculta nada ni nadie, mientras la tierra crece dentro de la tierra. Hay gozosos encuentros con las raíces hundidas hasta el desánimo pero, una vez despiertos, la mañana ya va luciendo su caliente emoción. La necesidad de compañía alza su música hasta el fondo del alma y allí, unas manos queridas saludan a la inhiesta hora del mediodía. La luz se abre en los cimientos del cielo, anunciando colores de creación orgullosa. La cantante ha contado su biografía dulce y la radio la ha transmitido. Canciones por el aire y una sonrisa abierta. Es lo que hay. Ha acabado la navidad pero podemos seguir siendo felices. Inténtalo.
En la corte de los milagros una piedra vuela
como pájaro de dureza infinita.
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