Cae la
lluvia menuda como un pequeño bautizo.
Los niños se
refugian en sus habitaciones
A jugar a
los juegos, a policías y ladrones.
Cae la
lluvia menuda como Dios la hizo.
Se detienen
las calles, pía el negro mirlo
La soledad
que calla fuera de las casas.
El ladrillo
acoge a todas las masas
Mientras cae
lo oscuro y empiezo a sentirlo.
La noche ya
extiende sus feas tinieblas.
Yo salgo de
casa, paseo solitario
Y noto mi
cuerpo perdido en las calles.
A mi corazón
acuden las temibles nieblas
De sentirme
solo, ese mal necesario
Que sucede
siempre que se cruzan valles.
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