Estos
ojos que ven ese pino viejo,
No
verán un día la luz que lo hace todo.
Estas
manos que sostienen el cigarrillo placentero
Quedarán
quietas en una eternidad temida.
Y
yo entero quedaré rígido y feo
Cuando
la sombra última abata mi ser que con descuido siente pasar las horas.
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