Ya es triste tener que guiar a un ciego siendo niño y que el ciego te llene de coscorrones. Ya es triste enamorarte y recurrir a un vieja bruja para conseguir ese amor. Ya es triste que un hombre se vuelva loco por leer libros y salga a los caminos acompañado de un hombre rural y sencillo al que llenar la cabeza de humo. Ya es triste que un hombre esté encerrado en una cueva y se dé cuenta de que es un príncipe y que, usando de su libertad, mate a un hombre. Es todo muy triste en esta vida si queremos mirarlo trágicamente todo. La vida se escabulle de la felicidad a veces y solo nos muestra su cara más hosca. Es triste ser una fregona por todo lo que sabemos. Es triste pasarse horas de trabajo duro en una obra. Es triste, en fin, si la vida nos ofrece lo mismo hora tras hora. Pero no debemos caer en el pensamiento negativo. Hay cosas, aunque estén escondidas un poco, que también ofrece la vida: un café con un amigo, una parranda, oír una ranchera potente y comer bien acompañado.
El dolor de vivir depende de muchas circunstancias.
Ver lo bonito entre esas circunstancias es tarea ineludible para el hombre.
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