Vivimos como en una cueva y no sabemos el mal de los demás. Con el mal nuestro tenemos de sobra. Pero siempre se puede hacer el bien a los que más sufren. Hay organizaciones que se ocupan de esos que sufren. En la cueva de la que hablo, solo se ven sombras de lo real. Lo verdadero está fuera de la cueva pero no podemos acceder a él. Solo podemos hacerlo si estamos muertos y resucitamos a la verdad. Hay un autor de best seller sobre la vida de Cristo que dice que después de muerto, vivirá una vida feliz. Este hombre es el autor de "Caballo de Troya" Este hombre no cree en la religión católica pero sí cree en la resurrección. La resurrección es una aspiración tan buena y legítima como la de que nos toque la lotería.
Buenos son los amigos para alcanzar una sonrisa o quitarnos la depresión
pero no hay amigos en las desgracias familiares.
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