A este mundo llegamos a cumplir un papel. Pero no importa la acción que llevemos a cabo en ese papel sino las creencias que tengamos sobre el mundo. Lo que pensamos de los demás, de Dios y de todo lo que nos rodea es lo que nos define. No hacemos grandes cosas en la existencia que tenemos, las cosas que hacemos pasarán, pero quizás no pasen los pensamientos que hemos desarrollado sobre este mundo. Hay quien tiene unas creencias limitadas, solo creen en las cosas que nos rodean y hay quien tiene unas creencias más trascendentes, no se quedan en este mundo material sino que intentan creer en lo sobrenatural, sobre los hilos que gobiernan este mundo sensitivo y terrenal. Es cosa nuestra ver en el orbe algo que lo trascienda. Puede ser el amor por las personas que te rodean, puede ser el amor a una idea de mejora del propio mundo, puede ser el amor a una profesión vocacional, pueden ser muchas cosas que hagan de este mundo el trampolín a una vivencia más plena de lo que se toca o se siente. Creamos en lo trascendente, pues.
Si tienes muchas cosas que hacer en este mundo,
ve paso por paso, observando prioridades.
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