Después de escribir unos blogs de estos y barrer la casa, ya estoy preparado para vivir el domingo. La gente, los domingos, se junta y toma el vermut. La gente, los domingos, va a misa. No nos podemos imaginar la de gente que va a misa. Sí que nos imaginamos la de gente que toma el vermut. Es curioso. Se dice que la gente está secularizada; o sea, que no cree en Dios. Pero sí que hay mucha gente que cree en Dios. Yo creo en un Dios Creador; si no, de dónde ha surgido todo esto que vemos a nuestro alrededor. Me parece más difícil de creer que hay un Cielo. Pero creo que terminaré creyéndomelo. La vida es bonita, pero dura poco. Quizás Dios hizo la vida poco duradera para que creamos en otra eternal, imperecedera, como decía el poeta. La vida que llevamos aquí, en la Tierra no es muy decorosa. Hay gente que la hace dura de vivir. Quizás esa gente que hace la vida dura de vivir, irá al infierno, por soberbia. No creo en el Cielo mucho, menos creo en el infierno. Pero es duro pensar que al morir solo eres pasto de gusanos o del fuego. Debería haber algo, intuyo, debería haber algo.
Las luces de bondad que surgen en la vida
nos hacen pensar en las luces de después de muertos.
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