Adonde fueron todos a parar. A la casa vacía y oscura donde ni se come ni se habla. Yo quisiera ir a parar a algún lado donde haya una conversación eterna, donde el aire es cálido y siempre hay un ambiente tranquilo. Donde los dioses habitan sin tener que oír las sandeces del telediario. A ver si esta tarde cogemos el coche y nos vamos un poco lejos. El coche es como unas gafas que dejan ver lo que hay a lo lejos, a unos 10 kilómetros más allá. El domingo se ajusta a lo que hay, que es poco y malo y feo y no se llevan bien. Ando de allá para acá con un candil. Busco un hombre. No aparecen más que imágenes de gente interesada, jeta y soberbia. La vida se está llenando de gente que ve mucho el telediario y eso es malo. A ver si hacen la ley esa del demonio y nos dejan en paz a los pobres españolitos que sufrimos la política como una tortura asquerosa.
Mira la televisión: siempre conflictos y líos:
¿no podría ser de otra manera?
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