Leyendo el periódico uno se da cuenta de miles de cosas. "La isla del tesoro" nos ha hecho a los infantes vivir la aventura. Dócil es la palabra si es para contar verdades que son ficciones. La infancia de Manuel Vincent fue un tanto agónica, huyendo de las bombas, pero fructificó en él el amor por la lectura. El Mediterráneo es escala usual de los mitos literarios. Por esa pausa que ponían las letras aprendíamos difíciles escenas de héroes. El presagio de mi sino lo escriben desde arriba, uniéndome a la voz que grita el silencio de los vivos. La obra perfecta ya delineada, ya compuesta, pronto nos agarrará y nos llevará a grandes paraísos donde la mera brisa y el sabor sabroso en la mesa compondrá nuestra vida ya tranquila sin el avatar del tiempo y del espacio. Habrá una discreción decente de las calles y tú ya serás el polvo del que viniste.

Cierto que todos servimos al amor un día

para que ese amor declarara amor en las entrañas.