jueves, 9 de agosto de 2018

Cuando uno piensa y repiensa lo que va a hacer o lo que deja atrás o sobre lo que tiene que renunciar para seguir avanzando es quizás porque ese paso que va a dar es importante para él. Cuando uno ya no tiene fe en que su futuro es ese que se parece a su pasado, ya está dando vueltas a la idea de no volver a repetir el error de seguir viviendo de la misma manera. Hay gente a la que uno se acostumbra pero resulta que no es buena para él. Esa gente está llena de desprecios, de cosas que no llenan, de incomunicación y hay que dejar de verla por el bien de uno. Aunque llenaban un tiempo aunque fuera de pura desidia e incomprensión uno estaba apegado a ellos sin ningún sentido. Pero el estar solo da miedo. Uno cree que es mejor estar acompañado de unas personas que no dicen más que gilipolleces que estar solo. Pero hay que probar a estar solo. La asociación no me dice nada ya, no hay nada interesante en ella y los amigos de Colón ya no tienen ese vínculo que tenían antes conmigo. No hay que darle vueltas. Aunque pierda unos momentos de estar acompañado, es mejor la soledad porque ese acompañamiento es una manera de perder el tiempo y la fe en unos amigos que ya no lo son.
Demasiadas críticas vertidas sobre estos dos grupos de amigos que ya digo, ya no son lo que eran, no merecen ya dedicarles más tiempo perdido por mi parte.

La soledad te hace ver la valía de una compañía.

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