Me gustaría pasar una semana en plena naturaleza. Solo oír el canto de los pájaros entre los afilados alfileres de los pinos, oír el sonido del viento a través de las rocas, ver el culmen de una montaña todos los días de esa semana. Y se acabarían pronto esos siete días, serían como un regalo del tiempo para estar siempre con lo mismo aquí en la ciudad. Pongamos que esa semana sería un combustible de tranquilidad y armonía en el que solo miraría qué pasa en un bosque, qué no pasa por mí en estos días convulsos del mundo: Palestina, Ucrania, Polonia. Me olvidaría de mirar las noticias del desasosiego, de ver gente problemática, de ser yo y la naturaleza mirándonos.
martes, 16 de septiembre de 2025
Ante los crímenes de un país contra otro en los que muere gente inocente, está bien que haya una respuesta, una protesta, un hacer algo. Pero que sea de forma pacífica y que no afecte a un tercero. Estos días seguro que habrá muchas manifestaciones para el orgullo de todos los cargos del gobierno de España y el líder supremo Sánchez ha sabido subirse al carro propalestino. Le ha venido muy bien liderar esta bandera de Palestina. Ha ganado enteros, la gente le ve bien, la gente ve que lidera una protesta mundial por Palestina. Pero Sánchez, ¿no actúa egoístamente?, ¿no se sube a este carro para que se olvide la gente de sus corrupciones? De todo hay pero también hay un oportunismo electoral muy grande.
Creo que fue Mao el que dijo que la muerte de una persona es un asesinato mientras que la muerte de un millón de personas es una estadística. Así se excusaba un líder de la izquierda. Hay otros líderes que también se excusan en intereses maquiavélicos para tapar sus crímenes. Esta vez, en Palestina, la excusa es la liquidación de Hamás. Pero está muriendo mucha gente inocente. Sánchez hace campaña con este genocidio. Otros países se suman. ¿Acabarán con el genocidio? No se sabe. El objetivo es tomar la capital de Gaza y la tomarán y pondrán un gobierno sin Hamás, que había ganado por mayoría absoluta a través de su brazo político. Es como si en España gobernara HB o Bildu. Hamás, para mí no son milicias, como dice El País, sino un grupo terrorista que ha cometido crímenes como asesinatos y torturas. O sea, que todo esto va de gente mala, malísima. Israel ha tenido su 11S. Pero la consecuencia de ese 11S israelí es descabellada.
Ayer Sánchez dijo otra mentira: la manifestación en Madrid fue "pacífica". Con mentiras y manipulaciones y aprovechando cualquier causa para tapar sus propias causas, Sánchez va avanzando. Dicen que ya son muchos países en los que se manifiestan propalestinos. Lo que pasó el domingo en la Vuelta a España parece haber tenido eco. Yo creo que sí es un genocidio lo que se está haciendo con Palestina pero yo siempre recuerdo la figura de Gandhi, mi héroe de la fuerza pasiva. No debe haber violencia en una manifestación, eso la desacredita a mis ojos y a los ojos de la gente pacífica. Pero bueno, así fue la revuelta, la protesta en contra de Israel. Ya están tomando la capital de Gaza las fuerzas militares israelíes. Por un lado, ya era hora que los que están en contra del genocidio se les hiciera ver.
lunes, 15 de septiembre de 2025
Cuestiono mi sistema de vida: tantas pastillas. Y me voy a la calle: los hay peores: sin pastillas y adictos a toda una variedad de mierda psicoactiva. En fin. He comido panceta y un café con leche y me he acostado pero no me he dormido. Había que estar vivo aun en las ocasiones de ausentarme un poco de la vida. Me canso de ser yo mismo que no anda, que no va a la playa, que no surge de sus cenizas. Estoy un tanto depre, qué le vamos a hacer. Mi pelea es conmigo mismo, dulce pelea de darme cuenta de que valgo, que soy mucho mejor que esos que visten muy bien y luego no saben nada de lo que aprendieron. En fin. La gente anda de acá para allá y al final, no hace gran cosa.
Las aceras sufren ese extraño engaño de la existencia. Dormir sería una solución intermedia entre quitarse de en medio y volver a encontrarte vivo. Tomo pastillas para no soñar, para dormir, para sentirme bajo de tono, para calmar mis deseos. Se lo montan muy bien los psiquiatras para no tener problemas con los pacientes. Me tienen atontado y flojo, sin deseo sexual ni moral. La moral no sube, la moral está baja con tanto Xeplion, Plenur, Tranxilium y Zyprexa. Pero da igual. Hoy voy a pasármelo bien contándome chistes a mí mismo, de memoria, de mente. Mi horizonte es muy declinante, todo va llano y feo como una autovía en medio de la nada.
Ayer, ronda de cubatas Ballantains coca. Yo, solo coca. Se habló de las fiestas y del caso Negreira. No me entono. Me piro. Tardamos en dormirnos por lo de la pierna inquieta. Por la ventana a estas horas dela tarde, surge una tranquilidad fuerte. No se oye voz humana ninguna. Si se oyera a los árboles seguro que pedían que lloviera. Otra temporada de sequía por el centro de la península. Y van muchas. Viene un moscón que suena y sueña con el aire dulce de las urbanizaciones. Land of plenty. Tierra de abundancia con guerra al fondo. Es triste no saber dónde ir ni qué hacer. Haremos lo posible por desterrar esta estado de mi mente.
Me tiendo, intento dormirme pero no puedo. Hace una claridad muy irritante que trae el sol este de septiembre. Quiero ir a la tarde a sentarme en un banco y beber una cerveza. Quiero que venga Paco conmigo. La llanura de la mente aun no la he alcanzado, hay una cumbre que subir todavía. En el recóndito cuadro de césped y álamos se respira una calma transitoria. El concierto de las estrellas no se ve en la ciudad, no se oye tampoco el sonido celestial que producen. Las manos se ciñen a un sueño que no llega nunca, pero seguiré leyendo, escribiendo, viviendo.
domingo, 14 de septiembre de 2025
No tengo ganas de fregar el suelo, ni de ducharme, ni de leer, ni de salir a la calle. Por la ventana viene un olor a hojas de los árboles, a césped, un olor a naturaleza verde. Se oyen conversaciones de sudamericanos, se oyen gentes extranjeras, se oyen acentos de ultramar. España es rica aunque esté todo más caro. Para estas gentes que vienen de fuera, España es una garantía de progreso si trabajan duro. De hecho, a los que veo yo con los pantalones de trabajo son a los sudamericanos. Son gente sencilla que se tapa el pecho con una camiseta sin grandes alharacas ni aparento. Los sudamericanos mandan grandes remesas de dinero a su familia y todos, los que están aquí y los que están allá, prosperan y se hacen un casa rica. Y ya digo, no aparentan riqueza alguna en el vestir.
Las rosas exhalan su olor gratuitamente y es bonito que entre ese olor por tus narices y lo disfrutes. El campo está ahí con sus caminos para que los andes, también para que los disfrutes gratuitamente. Los pinos dan su sombra de balde, no cobran, y su olor a resina y a pinabete es muy profundo. Pero la gente se mueve en otra onda, quiere emular a la grandeza de la Tierra y gastar. No se llevarán nada de todo lo que han adquirido con tanto esfuerzo. Porque estos que emulan a la grandeza, deben trabajar para costearse su tren de vida. No hay otra forma para ellos de ganar dinero que trabajar. Les puede tocar la lotería pero no. Yo he bregado con adolescentes durante 20 años. Ya he escrito aquí y en otros sitios de la dureza de vida del interino en educación. Me han dado una pensión, pero gasto poco, el dinero es muy necesario ahorrado en el banco.
A sus cuarenta años ya había fundido una fortuna. Entre visitas a tiendas de ropa exclusivas y a otros establecimientos exclusivos, en los que una camisa valía doscientos pavos, no se cortaba este tipo de aparentar riqueza en sus ropajes. Si iba a correr por el campo, llevaba un pantalón corto de cien pavos, una camiseta de otros doscientos pavos y unas zapatillas de trescientos. Casi nada. No sé qué dispositivo psicológico le hacía derrochar a este tipo como si fuera rico. A lo mejor se creyó todo el tiempo que era el favorito de la casa y así, se creía en la obligación de vestir caro siempre. Sus padres le adoraban y también gastaban todo lo que tenían en vestir caro, así que sus padres llevaban también ese ritmo de vida tan rimbombante. Cuando miraban la cuenta en el banco, se sorprendían de lo poco que había a fin de mes y no se daban cuenta de que visitaban muchas tiendas exclusivas entre semana.
El estúpido del notario insinuó que al testamentario le quedaban pocos años de vida pero no pensó que se podría morir él antes que el anciano que tenía delante, como ocurrió. Hubo que sustituir al notario por otro y así, siguieron las diligencias cuando murió el abuelo. Y todo era la división por cuatro de todo lo heredado, al formarse la familia por cuatro hermanos. Parecería que salían ganando los dos hermanos que vivían juntos y salían perdiendo los dos huérfanos de padre del hermano difunto. Pero así estaba establecida la herencia. Podría haber eso que llaman quitas o mejoras para los que no salían tan beneficiados pero no se sabía bien. La realidad es que la herencia estaba dividida en cuatro partes.
La Seguridad Social es un inmenso complejo de aportes y dividendos al final de una vida trabajada. Si te mueres nada más jubilarte, has aportado para otros, no para ti. Pero queda la pensión de viudedad. Y de orfandad. Siempre queda algo, digamos. Las herencias son formas de adquirir dinero como si fuera un regalo, sin comerlo ni olerlo. Y así es la herencia como el esfuerzo que ha hecho el muerto a lo largo de su vida para conseguir su patrimonio. Y hay herencias que rompen familias y hay herencias ordenadas porque el fallecido escribió un testamento donde lo dejó todo escrito. Y hay quién hereda una casa o una finca porque así lo quiso el fallecido. Y ante eso, poco debe discutirse porque a la decisión de ceder la casa le sigue la ley de la voluntad del fallecido.
Pusieron en sus manos pan de amor. Y lo tomó y fue más feliz que antes de aquella desgracia que cayó sobre su casa. Y olvidó la muerte y la tristeza de ser pobre. Olvidó la amenaza de que todo saliera mal al final de sus días. Comió del pan hecho de trigo molido, hecho del amor a las cosas y a las gentes y no le fue mal, todo recobró una dichosa armonía para siempre. Sabía que de viejo no le iban a llamar tonto y no le mandarían a pasar sus días a la casa del engaño. Pasaron los años sumidos en un plan de amor de los días y los que paseaban y los que saludaban atentos por las mañanas. Y todo era pan y todo era amor hasta el final de sus días.
A falta de originalidad, voy a contar qué hice ayer. Ayer me levanté y salí a dar un paseo por la calle de siempre. Tomé un café en el bar de siempre. Vi a una chica y me invitó a una cerveza. Hablamos de cosas psicológicas, como hablar solo y estar solo. Y yo estuve con ella un tanto tenso. Luego vine a casa y escribí blogs. Comimos tallarines de los que hice el jueves. Me tumbé y logré dormirme. Fui a poner una cura a mi padre por lo del melanoma en la cabeza. Fui andando a Las Rozas y volví andando. Cené y fui a la calle a ver la fiesta. Había mucha gente en la calle. A eso de las 10:00, me volví a casa. Vi a una chica vestida de cuero que no parecía de este planeta.
sábado, 13 de septiembre de 2025
El que no asienta la cabeza, se da con ella en la realidad de la vida. Y la realidad de la vida no es muy amable que digamos. Llega una edad en que ya no podemos jugar al fútbol, pero podemos andar unos kilómetros. Llega una edad en que no valemos para las fiestas y tenemos que renunciar a ellas y la fiesta está en casa y la fiesta cede el paso a la tranquilidad del hogar, a los libros y a dedicar tiempo a los nuestros. El que no asienta la cabeza nos parece raro, nos parece que, en vez de tener unos años cumplidos, tiene tonterías que no comprendemos. Hay una edad para todo, hay una edad para decir que no a ciertos caprichos. Hay una edad, en suma.
La Biblia tiene en sí el Pentateuco, que son cinco libros sobre los inicios del mundo. Luego tiene libros de profetas y tiene también el libro de la sabiduría, los salmos y el Nuevo Testamento. La gente lee la Biblia aunque no lo diga. Hay en ella cierto alivio contra la cruel vida que llevamos. No se libra nadie de sufrir males. Y los males del mundo nos recortan en el universo como las tijeras recortan una cartulina. Somos recortes de nuestras desgracias. Somos papelitos esbozados por la amargura de vivir. Leer la Biblia te indica que toda la Humanidad no ha dejado de sufrir, de dar cabezazos contra la realidad, de sufrir los males que sufrió Job. Solo los inconscientes rechazarían las enseñanzas de la Biblia, que es, en cierto modo, un manual de supervivencia anímica o espiritual.
Uno de los libros que más me ha gustado leer ha sido "Ébano", de un polaco de difícil apellido. Es magistral cómo cuenta las cosas ese hombre en ese libro. Va de África. El mundo africano que él vio estaba sumido en el caos y la inacción: no parecía trabajar nadie. Hacía un calor mortífero todo el rato. Las aventuras dependían de que no se rompiera el motor del coche. La vida andaba muy barata, valía poco en ese continente. Me gustó ver otro mundo dentro del nuestro, del land of plenty que llaman los anglosajones. África habrá evolucionado después de la publicación de "Ébano". Ese escritor ha muerto. Recibió el princesa de Asturias. Estamos hartos de todo, tenemos más de lo que necesitamos y también estamos tristes, amargados por tener un poco más. Si leyeras ese libro, pensarías de otro modo. África es o era una lección contra el estado de bienestar.
Hubo una época en la que yo me preocupé sobre la soledad. E hice un pequeño estudio sobre ella. No muy amplio, de lo que saqué de las páginas web (antes de las redes sociales todo estaba en webs) y me salieron unas 30 páginas más o menos. La soledad no querida genera una sustancia que obtura la circulación de la sangre. La adrenalina. Cuando uno está solo, toda cosa que hace le supone un estrés añadido. La soledad es un mal de nuestro tiempo, aunque parece que podemos tener un amigo en Málaga, un amigo virtual. La vida de los solitarios conduce a ideas negativas, negras, de desaparición. La soledad implica aguantarla o sufrir. Los que la aguantan, pueden vivir tan felices como los que están rodeados de gente. En Inglaterra han creado el ministerio de la soledad. No tener con quién hablar de tu libro crea frustración y soledad intelectual, interna, soledad del diferente.
Una mujer muy del pueblo empezaba a quedarse sola. No se casó nunca, nunca tuvo hijos. Tenía ciertos familiares y amigos de los que no sabía gran cosa. La soledad empezaba a hacerle mella hasta el punto de hablar sola. Por el pueblo la veían haciéndose preguntas y contestándose a sí misma. Nadie pensó en llevarla a un médico, ni su familia ni sus amistades. Los veranos eran muy largos para ella. Los inviernos se acostaba muy pronto porque encontraba refugio en las mantas. Un día salió a la calle y la vio tan inhóspita y llena de desconocidos que pensó que ese día era el primero y último día de su existencia. Y regresó a casa con una sensación muy triste. Se metió en la cama y estuvo un mes en casa sin salir. Y, al salir, ya no volvió a ser la misma: rejuveneció por dentro, se valoró y dejó de hablar sola. Se había encontrado con su soledad y la abrazaba con ganas.
Habrá por los pueblos jóvenes que escriban después de haber leído mucho en la biblioteca de su pueblo. Han leído a Zola, a Balzac y a los escritores actuales. Han tomado notas para una novela que han escrito y que sitúan en un desierto o en Estambul. Los personajes son de aventura, de un sentimiento herido, de los que escapan a un ambiente gris. Estos escritores aficionados rellenan muchas hojas, emborronan muchos folios blancos, los llenan de acontecimientos literarios, palabreros. Y un día, pasan el día entero en Madrid con sus quimeras por las calles y sueñan con la fama, con triunfar en el mundo de las letras. Y el sueño se agota en su propia cabeza. Y no triunfan. Se hacen auxiliares administrativos y se echan un novio o una novia. Se casan. Y guardan en el recuerdo esos días que escribían por las tardes.
Cela, premio Nobel de literatura, Delibes, Torrente Ballester, etcétera, fueron nombres que sonaron en su día y que hoy en día están olvidados. ¿Quién quiere leer "La colmena", ¿quién quiere leer "El camino"? Unos libros de introspección de un grupo de personajes o de análisis psicológico de un niño. No pasa nada en esos libros. Son solo la visión del escritor de un alma inquieta o tierna. Con el libro de "Los santos inocentes" todo el mundo se quedó con aquello de "milana bonita", no con la denuncia social que conlleva. Estos escritores estaban en boca de todos durante su vida. Luego, después de muertos, triunfa en la novela el misterio y el crimen. La literatura ha dado un vuelco tremendo porque ya no se tiene en cuenta el estilo narrativo, sino simplemente lo que se cuenta. Los términos cultos ya no valen, hay un estilo de telegrama en las novelas. Todo se pierde.
La originalidad del día surge en estas líneas. Sin ellas, el día sería igual a otro que pasó o que vendrá. Por las calles de Madrid la gente camina despacio, tan despacio como una voluntad tranquila puede caminar. Son tiempos de guerra. Pero da igual. Somos parte del oeste de Europa, muy del oeste. Pero las amenazas del dictador de Rusia nos atañen, nos dicen que ese tipo está loco, quiere la guerra en todos los sitios del mundo. Va a desangrar su patria en usar todos los misiles que tenía almacenados para dar miedo. Es un tipo enormemente desequilibrado. Se cree que la guerra es la solución para que su patria triunfe. Hay otros caminos que este hombre no ve. Hay una pulsión de muerte en este hombre. Ojalá no se líe la cosa de modo irreversible y nos vayamos todos a hacer puñetas.
El tambor anuncia un mal temporal. Y no nos deja vivir en paz. Los enviados a la muerte resuenan en Europa. Hay líderes del abuso y la provocación bélica. Mal asunto para las economías. Mal asunto para el apaciguamiento de las relaciones entre naciones. Muerte de los misiles, de los drones. Un dictador asesino quiere resaltar su figura de padre de la patria a costa de más conflicto. Vamos mal. No es lo que necesita el mundo. Dios quiere personas sobrias, justas y religiosas, no soberbios de última hora. La paz está muy lejos, muy lejos y el futuro está hipotecado por un antiguo agente de la policía represora de la antigua URSS. Nada parece contener a este imbécil del odio hijo de la guerra.
He tenido un par de días que he estado sufriendo un bache, un revés, un agujero. Hoy veo las cosas de otra manera. La tristeza ha dejado paso a la normalidad del pensamiento. Las aceras son besadas por las suelas de los zapatos, las farolas hace tiempo que no lucen, es ya muy de mañana, he dormido bien. Me esperan días iguales como sombras del asombro. No haré excesos de reír. No haré excesos musicales contra el viento. No pecaré del pasármelo bien, de beber y fumar y sin parar de carcajearme bajo la luna. Los ciclistas se visten de ciclistas y van con la bicicleta a no sé dónde. La vida pasa por mí como podría pasar por el aire. Nada me inquieta y todo me estremece. Otro día más. Otro patrón de la quietud.
viernes, 12 de septiembre de 2025
La caja estaba vacía, escondida tras los libros, olvidada. Allí estaba la esperanza de que los dirigentes no odiaran al resto de la población. Pero pudo más su alianza con el partido y hubo desamor y odio. Desde todos los sitios se atacaba al gobierno. Las hojas de las acacias, tan finas, notaron ese anhelo de despreciar. Las aceras inverosímiles agitaron sus baldosas de cemento. No se podía andar sin hacer daño a alguien. Había la xenofobia, la homofobia y otras fobias que convertían a la población en puro odio. Y ellos se compraban buenos pisos en plena crisis de la vivienda y llevaban a sus hijos a colegios de pago.
Tengo que entretenerme casi a la fuerza. Estás mirando las nubes, la ciudad aquella que rompe sus casas frente al mar. Es un vivir de sabios no hablar mucho, tener pocos amigos, andar por andar y mover el corazón. Alzaron la copa y brindaron por esta España desgarrada, España de pocos amigos, España triste siempre por el cabreo que suscitan sus políticos. Luego, pasaron a echar la siesta. Al despertar vieron el mismo cielo, la ciudad que descargaba en la playa y un deseo de calumniar a Dios. Pero no todo valía. Y un rayo de la tormenta creada partió a uno de ellos por la mitad. Hubo óbito y aceitunas. Y todos se retiraron a sus casas de donde no deberían haber salido.
jueves, 11 de septiembre de 2025
Mi enfermedad es sinusoidal. Tan pronto estoy triste como alegre. Pongo música, paseo por la casa a ver si me quito de encima esta desagradable sensación de estar triste. Y lo consigo un poco. Entonces, escribo. De la radio a mi corazón hay un paso nada más. He de retorcer el cuello al cisne cuanto antes. La vida son tramos de emociones que hay que sufrir o disfrutar. Ayer estuve paseando por un pueblo y las acacias de las aceras lloraban a mi lado. Mi hermano estuvo de aliado de las emociones buenas. El paseo se acabó. Pensé por la noche en ordenar un tanto mi vida. Las luces de las farolas que veía desde mi cama se extendían por mi frente. Hoy me he levantado y no tenía ánimo. La mañana ha sido muy grande para mí hoy. La mañana me ha tapado el corazón con el telón de un final dramático. Menos mal que he puesto la radio y el pasillo estaba ahí.
A ver si me da la imaginación para perderme en un arroyuelo de palabras significativas. Salgo a la calle porque aún es pronto. Doy unos pasos no muy largos. Veo gente anónima, gente que no me dice nada ni me saluda siquiera. Echo una perra al alto. Si sale cruz, me siento en un banco y fumo. Si sale cara, sigo caminando otro ratito más. Sale cruz. Me siento, fumo y observo. Las carnes se mueven, las carnes sujetan el cielo y la tierra y el sol. El ser humano es el ser preferido de Dios, Él sabrá por qué. En la acera pasa el viejo, la jovencita y el pecado. No nos dejes caer en tentación. La mañana se incrusta en el corazoncito del solitario, casi hace daño, casi penetra el desasosiego de no tener con quién hablar. Una novela muy mala podría ser mi vida. Las películas del mundo entero no pueden con la sensación de estar perdido en las horas primeras.
miércoles, 10 de septiembre de 2025
Lo único que me consuela de estar pendiente de médicos y jeringuillas es fumar. Fumar me ausenta de todas esas obligaciones médicas, de todo ese llevar mi cuerpo a que me lo traten. Fumar me marca un tiempo, me evade por unos minutos de dónde estoy y por qué estoy allí o aquí. Fumar me incita a escribir, me incita a poner orden en la mesa donde escribo, a seguir una narración y no dejarla incompleta. Fumar me marca el diálogo con los demás, me quita un poco del aburrimiento, me aleja de la rutina de los días. Fumar me ayuda a concentrarme, me mete en el día, en la gente, en la novela que escribo.
Escritores que escriben un libro y luego dan conferencias sobre ese libro hay a porrillo. Se monta en la Casa de Cultura del lugar una mesa con tres o cuatro sillas y sus correspondientes micrófonos y a esperar a la audiencia. Libre hasta completar aforo. Y resulta que van diez y uno se ausenta en medio de la conferencia porque no aguanta más rollo. Supongamos que el libro va de la posguerra española. El escritor que habla, habla siempre de lo mismo en cada conferencia para no cometer muchos errores. Habla mucho del feminismo. Habla mucho de la crueldad del dictador. Pero consigue aburrir a todo el mundo en poco tiempo. Y la gente se larga a tomar un gin lemon al bar de siempre y no dice que ha estado en una conferencia no le vayan a catalogar de mariquita o cultitonto.
Tenía una idea yo sobre este verano y sobre nosotros dos: que si no nos hemos distraído en ir a ningún sitio y no hemos ido a ninguna fiesta, podríamos sufrir una depresión cualquiera de los dos. Hemos llevado una vida tranquila estos dos meses de verano pero, ya digo, sin divertimento alguno. Era una idea que se me metía en la cabeza y no me dejaba tranquilo. Pero luego se pasó. Ha habido mucha gente que no se ha ido de vacaciones y no les pasa nada. Pero habría que pensar que Paco y yo somos enfermos mentales y tanto tedio acumulado podría hacer de las suyas. No sé. Solo era una idea que me anduvo rondando por la cabeza.
Como no sé de qué escribir, escribiré de mi vida como enfermo mental: me tomo mis pastillas todos los días. Siete pastillas diarias. Me pongo una inyección al mes. Veo al psiquiatra una vez cada dos meses. Me hago una analítica cada dos meses. Estoy totalmente medicalizado. Todas estas citas suponen 3 visitas al hospital o al ambulatorio mensuales. A veces no tiene uno ganas de ir a ningún lado pero no he dejado de ir a mis citas médicas nunca. No he dejado nunca de tomarme las pastillas aun estando deprimido o con manía. Y así, parezco alguien normal a los demás pero mi normalidad cuesta todo eso que he apuntado.
Estoy intentando escribir algo pero no sé el qué. No sé si hablar de algún libro de los que he leído últimamente o de los que estoy leyendo ahora. No sé si hablar del tiempo, que está nublado. No sé si hablar de la sociedad, ese ente del que todos hablan y otros lo sufren. Yo no suelo pensar en la sociedad porque no sé siquiera lo que es. He estado viendo en Youtube una entrevista a Miguel Delibes. Habla con precisión ese escritor, no se anda por las ramas. He leído muchas obras de él. Creo que está este escritor y sus novelas en el más puro olvido. No hizo universal este narrador a ninguno de sus personajes. Es una lástima pues creo que Delibes escribía muy bien. El Nini, el niño protagonista de "Las ratas" me cayó muy bien cuando lo leí. Es una pena que nadie se acuerde de Delibes. Bueno. En España, nadie se acuerda de nadie cuando muere. Lo archivan en una lápida y adiós muy buenas.
martes, 9 de septiembre de 2025
Estoy escribiendo un libro de uno que se obsesiona con la falta de insectos que hay en la Tierra. Por lo menos, se obsesiona por los pocos insectos que ve allá donde va. No ve saltamontes y eso le preocupa hondamente. Va al parque y mira al suelo y se lleva una fuerte decepción. Lee libros modernos sobre la extinción de especies. Apenas ve hormigas y algún escarabajo. Y eso le llena de la idea de que el ser humano está destruyendo algo valioso. Cuando se lava los dientes, piensa en dónde irá a parar la pasta dentífrica. Piensa en los plásticos que ensucian y contaminan todo lo que tocan. Piensa en sí mismo, si no se estará extinguiéndose poco a poco por el aire que respira. Y este hombre que creo en mis páginas puede ser cualquiera porque cualquiera puede preocuparse por lo mal que va el medio ambiente. La muerte de un ser indica la muerte de otros muchos, es el lema de este protagonista de mi novela.
lunes, 8 de septiembre de 2025
No tengo muchas ganas de escribir porque solo llevo un par de horas levantado y no me vienen ideas a la cabeza. El lunes está tranquilo pero como con ganas de torcerse, de desviarse de la calma mañanera. Solo si estás distraído con algo que te reporte una ganancia parece que el lunes tiene sentido. Los lunes salen de la noche invadiendo la semana, llenándola de imperiosas demandas para el trabajador. Los lunes son tremebundos a veces, te meten en el lío de la mañana a empujones, a golpes de realidad triste. Luego, por la tarde, parece que los lunes se apaciguan un poco, matan su ira de inicio de semana contra la pared de las horas ya pasadas. Pero no hay que confiarse: los lunes duran, duran más de lo que aparentan o miden las horas difíciles.
El BUP era Bachillerato Unificado Polivalente. Vaya palabros difíciles de entender. ¿Unificado? ¿Qué unificaba el bachillerato aquel? ¿Y por qué era polivalente? Nos empeñamos en calificar a los entes que nos gobiernan o marcan la vida de forma artificiosa. Así muchos términos que perduran en siglas incomprensibles. Ahora mismo no se me ocurre ninguno pero hay un montón de ellos. Nos hacemos más difícil la vida a nosotros mismos con ese montón de designaciones que ocultan la verdad de las cosas. La vida está llena de unas denominaciones burocráticas que nos abruman y nos confunden. Voy a beber agua y luego voy a seguir escribiendo algo por aquí.
Delibes creó a Daniel el mochuelo, ese chico que no quería irse a la capital a estudiar, que quería quedarse en el pueblo y que admiraba al musculoso herrero que vivía allí, en la aldea. El lenguaje que habla este personaje no es propio de él, sino de un trasunto culto del mismo. Inexorable, emperejilado, indecoroso serían términos que un niño de pueblo no conocería en su vida. El libro en el que Daniel el mochuelo habla de su pueblo se llama "El camino" y lo mandaban leer en 1º de bachillerato. Es un libro difícil lleno de cultismos impropios, ya digo, de un niño de pueblo. Lo que yo me pregunto es si Daniel el mochuelo es un personaje universal. Creo que no lo es. Podría haberlo sido si hubiera rememorado su vida en el pueblo con un lenguaje más sencillo, más ajustado a las características de ese personaje. Aprendí muchas palabras de ese libro, muchas palabras cultas, pero no aprendí a ver cómo se crea el lenguaje propio de un personaje. Creo que eso sí pasa en otra novela de Delibes llamada "Los santos inocentes".
sábado, 6 de septiembre de 2025
Los niños juegan, en eso se les va mucho tiempo. Las demás gentes, hacen por la vida, cobran un sueldo para poder ir al supermercado y avituallarse de todo lo necesario para el cuerpo. Los autónomos viven de sus facturas, de lo que cobran por un servicio. Nos sorprendería a qué se dedica algún autónomo con mucha imaginación. Algún autónomo vende un poco de humo a buen precio. Pero está ya todo inventado. El crecepelo que vendían los charlatanes ahora está difuso en miles de inventos para la piel, para el colesterol, para la energía sexual, etc. Me gusta saber de la gente de qué vive, qué trabajo ejecuta. Hay gente que vende el piso a su propietario. Hay gente que vende patatas fritas al instante. Y hay gente que vive del paro o de una subvención. Hay gente que tira todo por la borda y se va a algún sitio donde se vive de hacer cadenillas y muñequeras.
Yo conocí una alumna en Getafe que era anarcosindicalista. Vivía en un local ocupa. Era muy guapa. No era tonta del todo. Qué habrá sido de su vida. Me tengo que leer "Un caballero en Moscú" que va de cómo se vive en un hotel, el Metropol, en tiempos de los bolcheviques. El conde protagonista se tiene que hacer camarero de ese hotel, pero no se cuenta si ese conde percibe un sueldo. En Rusia, en tiempos de Stalin, había planes quinquenales que dirigían la economía de ese país desde el Estado. La revolución marginó a gentes sospechosas de ir en contra de la revolución y para eso se creó una policía política que enviaba a Siberia a los acusados. Se llamó exilio interior. Como a Unamuno, que me parece que se le envió a Fuerteventura.
viernes, 5 de septiembre de 2025
Hay que ver de lo que soy capaz de escribir, líneas y líneas, para ver si pasa el tiempo pronto. Soy un enemigo del tiempo que pasa. A lo mejor, no se considera trabajo esto de escribir, pero hay que escoger las palabras, los adjetivos, los verbos que hacen la frase y el párrafo final. Y eso es trabajo mental. Los camioneros trabajan por kilómetro recorrido. Debe de ser enajenante ver pasar kilómetros. Marx habló de la alienación que sufren los trabajadores porque el trabajo que ejecutaban se les hacía ajeno. Marx también predijo que la sociedad en la que vivió sufriría un cambio brutal hasta la dictadura del proletariado. No ha habido nunca la dictadura del proletariado. El comunismo no existe ni ha existido nunca. Lo que hay es un socialismo en el que el Estado interviene en la economía. Y lo que hay es una corrupción en el socialismo español, del psoe. Los trabajadores de este mundo en que vivimos ya no sueñan con la revolución. Sueñan más bien con que sus hijos aprendan y sean algo en la vida.
Debe de estar la gente en sus puestos de trabajo. No se la ve por la calle, en los bares, esas iglesias de los obreros, como decía Marx. Debe de andar la gente metida en oficinas, conduciendo un taxi, tras la barra de un bar, en un andamio, cortando el césped, etcétera. Yo aquí voy poniendo que Marx llamaba a las tabernas las iglesias de los obreros y a la religión la llamaba el opio del pueblo y a la ganancia del burgués la llamaba plusvalía. Y el producto del trabajo del obrero no estaba pagado convenientemente. Entonces, se hacía una huelga y a ver qué pasaba. O se pretendía una revolución que sofocaba el ejército. Ya no hay huelgas, ya no debe de haber ni obreros como tal. La sociedad está inquieta, deseante. El dinero marca la pauta antes que la revolución. La gente vive mucho mejor que los obreros de antes. Yo escribo aquí que muchos dicen que Marx se equivocó. Pero no parecen hacer caso.
No me fijé ayer si la noche venía, si las farolas se encendían, si la gente desaparecía en sus casas. No me fijé ayer si mi alma se detenía en el amor de la vida, si los niños lloraban, si yo valía la pena en este mundo. Estoy hecho de trozos de pensamiento. Estoy hecho de carne madura. Estoy aquí una y otra vez. Me apaño con cientos de visiones. Hablo con mi mente más que con mi boca. Comento las pintas de la gente que veo. Hoy debe de ser viernes si hacemos caso a la semana que ha pasado, a los horarios de la gente, a esos que andan echando horas por dinero. No nos juzguemos unos a otros pues todos estamos llenos de pecados. Ayer no sabía si la noche llegaba. Hoy no sé si el viernes ha hecho su aparición ya esperada.
En el amanecer pasado habrán muerto muchos y muchos habrán nacido. Es la ley de la vida, hay que hacer hueco. Lloramos los muertos por lo que han sido, quizás personas valiosas en su profesión o personas que han sabido dar cariño. Gorgio Armani tenía 13.000 millones. ¿Por qué unos pocos tienen tanto dinero que no les ha valido para nada? ¿Para qué quería ese tipo esa fortuna? Preguntas sin respuesta ya que el dinero a veces se convierte en una cosa casi molesta, insultante, creador de buitres que lo sobrevuelan. El que sabe gastar, el que disfruta del dinero bien le vale. Pero, ¿tanto? ¿Para qué tanto se acumula en manos de alguien que no lo va a usar? En fin. Ese dinero valdría para ayudar a muchos a salir del agujero de la pobreza, a financiar países en desarrollo, etcétera. Y hay en el mundo un puñado de personas que acumulan muchos millones y millones. Es algo que no se entiende.
Son las 11:10. Los periódicos anuncian un eclipse que hay que ver a eso de las tres de la mañana. Las guerras no cesan. Las guerras son caras. Muere mucha gente en las guerras. Un misil de esos que lanzan vale 20.000 euros. Rusia ataca la retaguardia, al igual que hace Ucrania. Putin, después de hablar con Trump, después de aparentar que quería la paz, se ha dedicado a atacar la capital ucraniana. El líder chino parece también prepararse para la guerra, haciendo una demostración de fuerza en la plaza de Tiananmen. Y hay más guerras en Asia y en África. Y la guerra de Palestina. Ojalá acabaran todas estas guerras para bien del mundo entero.
miércoles, 3 de septiembre de 2025
Era una persona muy importante, que vendía cara su estampa. Su estampa hablaba por él. Entonces gritó: "las patatas están frías". Y su madre fue corriendo corriendo a la cocina a calentarlas. Y hasta la fecha. Pero otras obligaciones lo han desmañado. Me recuerda a Sánchez. La estampa que comía en silencio rodeado de sus familiares. La estampa azul celeste que atravesaba el amplio mundo, el silencio al que estaba pegado esa estampa, las pocas luces y la poca gana de caer agradablemente si quiera a sus abuelos. Y así pasó la sombra, que ya no estampa a mi parecer, los días de pasarlo bien y montar en un barco, en una montaña, en el mar bravo de las gentes.
martes, 2 de septiembre de 2025
Desearían haber nacido ricos y famosos. Pero son pobres y no de dinero sino de ética. La ética es importante. La ética conduce a estar contento con uno mismo. Estos no están contentos porque desearían tener mucho más dinero del que tienen. Desearían haber sido Julio Iglesias. Desearían haber sido un personaje de fábula. Desearían no haber tenido que desear toda su vida. Y así les va. No han dudado en robar. No han dudado en joder al prójimo. No han dudado en hablar en nombre de los demás sin autorización. Y van de mal en peor. E irán de cráneo hasta que ingresen en una caja y se les diga adiós con alegría.
Voy a mear un momento y ahora sigo. Yo propondría que dieran el telediario en francés o ruso. A lo mejor, podríamos aprender idiomas. Y que en Rusia dijeran el telediario en español o polaco, por ejemplo, por el mismo motivo. Si no, no hay manera de aprender nada del telediario. Mentiras y mentiras enlatadas en minutos, eso es un telediario. Y la tele en general. Y los partidos de fútbol en los que los jugadores se rebozan en el césped que parece que los matan. Y no los han tocado apenas. Todo es mentira en este mundo. Todo va como en burla y cachondeo. Todo es susceptible de engaño. La verdad anda a rastras estos tiempos. Pero, ¿cuándo no ha ido la verdad a rastras en el mundo? Buscarla es principal tarea de la gente cabal
La entrevista al presidente, la canción de Sergio Ramos y otra gilipollez por el estilo. Esto es lo que da la televisión de sí en vez de clases de inglés, italiano o alemán a unas horas decentes. La gente está hasta las narices de Sánchez. Sergio Ramos también ha salido mucho y cualquier gilipollez en la tele es costumbre. Así nos anima septiembre la tele y los que la perpetran. A mí me gustaría que sacaran en la tele algún programa del que se aprendiera algo, pero los de la tele no están para enseñar, sino más bien para lo contrario: confundir, mentir y asustar a la gente con los 40 grados del verano. Esto es: te cuelan que ha sido el verano más cálido de la historia no siéndolo.
He apuntado en un papel cuatro asuntos a resolver. Lo he mirado otra vez detenidamente y se han reducido a uno. Se cortará el nudo gordiano y santas pascuas. Y ya no sé qué más poner aquí. Me aburro hasta la hora del paseo. He estado escuchando música. Los minutos casi suenan en el reloj, no avanzan. Puedo oír lo larga que se hace la tarde, puedo decir que la televisión me da asco, puedo decir que las luces del cielo me atrapan los ojos como si fueran moscas. Y solo puedo decir que el verano se agota, se comprime en unos días, se afila como una espada en la piedra. Son las 17:00 horas. Media hora más y un paso tras otro a la centelleante acera.