He tenido un par de días que he estado sufriendo un bache, un revés, un agujero. Hoy veo las cosas de otra manera. La tristeza ha dejado paso a la normalidad del pensamiento. Las aceras son besadas por las suelas de los zapatos, las farolas hace tiempo que no lucen, es ya muy de mañana, he dormido bien. Me esperan días iguales como sombras del asombro. No haré excesos de reír. No haré excesos musicales contra el viento. No pecaré del pasármelo bien, de beber y fumar y sin parar de carcajearme bajo la luna. Los ciclistas se visten de ciclistas y van con la bicicleta a no sé dónde. La vida pasa por mí como podría pasar por el aire. Nada me inquieta y todo me estremece. Otro día más. Otro patrón de la quietud.
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