Tengo que entretenerme casi a la fuerza. Estás mirando las nubes, la ciudad aquella que rompe sus casas frente al mar. Es un vivir de sabios no hablar mucho, tener pocos amigos, andar por andar y mover el corazón. Alzaron la copa y brindaron por esta España desgarrada, España de pocos amigos, España triste siempre por el cabreo que suscitan sus políticos. Luego, pasaron a echar la siesta. Al despertar vieron el mismo cielo, la ciudad que descargaba en la playa y un deseo de calumniar a Dios. Pero no todo valía. Y un rayo de la tormenta creada partió a uno de ellos por la mitad. Hubo óbito y aceitunas. Y todos se retiraron a sus casas de donde no deberían haber salido.
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