miércoles, 17 de abril de 2019

Hace mucho tiempo que yo iba a bodas. Me invitaban por cualquier motivo (una prima que se casaba, un familiar lejano, incluso he ido a la boda de una quinta) pero creo que eso ya se ha acabado. Los bodorrios llenos de gente se han acabado. Ojalá mis sobrinos casaderos se casaran en la más íntima celebración sin incluirme a mí. Ya han dejado de gustarme las bodas, los bautizos y las comuniones. En la última boda que estuve me atasqué de comida que no me gustó y encima fue por la tarde, acabó a las doce de la noche. Yo estaba de un humor de perros y no me gustó nada. No me gustan las celebraciones donde ves a gente que no has visto en muchos años y no tienes ganas de verlos. Me gusta la rutina e ir a mi bola, como a todo el mundo. No quiero que me inviten a sucesos que deberían ser privados de quien interese ese evento. A mí, la comunión de la hija de un primo creo que no me atañe en absoluto y si pudiera no ir, no iría. Me quedaría en casa con mi madre tan contento pero como somos gente tan cerril, a lo mejor tengo que ir y yo no digo que me lo pasara mal, pero no quiero ir porque no me atañe.

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