domingo, 10 de febrero de 2013

He pasado la tarde oyendo canciones de Bob Dylan en la radio. No es mucho pero tampoco hay que desdeñar esa canción, "the hurricane" que todavía estremece aunque sea un poquito.
La verdad es que Bob Dylan canta con muermo, con un muermo grande de narices llenas de mocos.
Bob Dylan narra en sus canciones el último tercio del siglo XX, ese siglo de sublevaciones fracasadas a la puerta de París, ese hippismo tonto, ese canto a la paz, ese deseo de que los dictadores fueran por lo menos más jóvenes.
La música jugó un gran papel en esa falsa revolución en que nada cambió. Por lo menos tenía significado. Significado político.
Ahora la música no tiene más que un significado tonto, para pasar el rato.
Ya son viejos Bob Dylan, Mark Knofler, Eric Clapton. Otros murieron. Los que han continuado no tienen preocupaciones políticas.
La crisis de hoy en día ha hecho un daño moral, además de económico. Nos han arrastrado a pies de los banqueros, de los políticos y no hemos dicho nada y menos han salido canciones denunciando esta coyuntura.
Los músicos, esa banda de sonajeros locos que se mueren por un porro... Rosendo yo creo que sigue en la brecha. A ver si saca disco.

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