lunes, 11 de febrero de 2013

Contando con que las noticias no suponen ni el 1% de lo que ocurre en el mundo y contando con que esas noticias suelen ser siempre negativas, podemos calificar a las noticias como falsas o sólo representativas mínimas de una tendencia general de lo que pasa realmente. Ahora salen casos de corrupción a porrillo, obviando las noticias que pueda haber de una buena gestión política de las cosas públicas.
Lo diarios nos abruman con muertes a puñaladas, muertes por disparos, violaciones, estafas, robos, etc. Como si no hubiera nada más que asesinos y ladrones por el mundo.
Un solo día de nuestra vida nos demuestra que la misma es más bien aburrida y obedece a unos mecánicos procesos basados en la rutina; o sea, que en nuestra vida, al menos en la mía, no suele suceder nada fuera de lo normal. Y así un día tras otro. Si pregunto a un conocido o un familiar cómo le va la vida, suele decir: "bien, tirando". O sea, que grandes cosas tampoco les han ocurrido a ellos.
Unamuno inventó el término "intrahistoria" para hacerse eco de esas masas de personas que hacen todos los días historia yendo a trabajar, cuidando de los hijos, haciendo el bien para la comunidad, etc. Somos eso, gentes y gentes que no salen en las noticias y que vamos haciendo el día a día del mundo con nuestras cosas, nuestras historias particulares, nuestros quereres, nuestros odios.
En fin, si el diario quisiera ser fiel a la realidad, tendría que poner un titular por cada persona que existe en el mundo y contar su pequeña historia. Y eso no es posible.

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