jueves, 20 de octubre de 2022

La vida no da mucho de sí o no agrada demasiado si se tiene una enfermedad por la que hay que medicarse, por la que hay que temer, por la que no sabes si este día te vas a levantar triste o alegre (casi siempre triste). La vida no da mucho de sí si tienes miedo a largarte de tu casa por dos o tres días a una ciudad como Santa Cruz de Tenerife u otra parecida, con calorcito y playa. La vida no da mucho de sí si estás siempre pendiente de tus emociones y de tu talante porque cambia mucho de un día para otro. La vida de un enfermo no da mucho de sí, más bien da muy poco y eso aburre.


Nadie dice: "mi aceite está rancio".

Hay gente que no habla de lo suyo nunc ay encima quiere que todos le aprecien. 

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