jueves, 15 de febrero de 2018

Yo no soy de Facebook ni de nada de las redes sociales. No las entiendo. No conozco a ningún vecino, de eso estoy seguro. Me explicaron que con las redes sociales, volvías a tener contacto con los amigos del colegio pero, pasados tantos años, ¿para qué quiero yo conocer a los amigos del colegio? Otro ejemplo que me daban es que se juntaban los de la universidad, por medio de Facebook, y tenían una cena. Y eso, ¿de qué me sirve? Yo lo que veo es que no tengo muchos amigos y me es difícil hacerlos en mi comunidad. Creo que con las redes sociales se consigue el efecto inverso: conocer gente que no te interesa para nada mientras en tu barrio sigues sin conocer a nadie. Pues vaya adelanto.
No hay más que subirse a un autobús o al metro y ver cómo la gente se aplica a esos cacharritos y se pasan todo el trayecto mirando contactos. Está visto que el contacto visual de las personas se va perdiendo por otro virtual y asqueroso, que es estar comunicado en la distancia. Antes no era necesario saber lo que ocurre en tu pueblo en este preciso momento. Ahora sí. Todo se necesita saber para no saber nada.
En Facebook, me hago a la idea, cada uno pone sus características personales, sus gustos, etc y se "relaciona" con un montón de gente. Pero, ¿cómo se relaciona? Con una serie de mensajes estereotipados como: me gusta, iconos estúpidos que pueden ser malinterpretados, etc. ¿No es mejor la comunicación cara a cara, no es más real, más cercana, más atractiva y verdadera?
En esto estamos, en un mundo de comunicaciones rápidas, pasajeras y malinterpretables en vez de en un mundo real, simpático y alegre y directo. Con las redes sociales nuestra comunicación con los demás empeorará y se atrofiará y no seremos más que lo que quiera una máquina estúpida.
Yo deseo el contacto real, aunque más difícil, más verdadero.

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