sábado, 2 de marzo de 2024

 Como fumo, debo beber mucha agua. Tengo que matar el tiempo como sea. Y lo mato escribiendo estas cosas, diseminadas aquí y allá con diferente fortuna. El camino de Dios es estrecho, es difícil aguantar en él. El camino del escritor que quiere componer una novela también es contrario, imita a Dios porque quiere crear unos personajes y quiere que esos personajes se salven. La vida, solamente la vida, no nos salva, nos salvan las creencias que creamos en nuestra vida. Yo quiero creer en Dios, creo que es un camino para dar forma a mi vida. Las margaritas al borde del camino nos enseñan que estamos acompañados en esta singular travesía que es la vida, las margaritas nos rozan el alma según damos pasos hacia alguien, hacia un devenir, hacia las ganas de vivir quizás. Yo doy esos pasos y rompo el cielo en mis deseos de habitar la acera de todos.

De como te comportes con los demás,

así será tu recompensa en la misma vida.

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