El amor sentimental es un sentimiento que dura unos cuantos días, no más allá de dos meses y siempre dura menos días que tiene el año. Luego, la gente se casa y eso y tiene hijos y eso. Cuando los hijos están criados, no antes, las parejas españolas se separan, tienen esa costumbre tonta, no sé si lo harán por imitación a otras parejas que son amigas o conocidas. El caso es que la gente se divorcia porque "no se aguantan el uno al otro". Los divorciados ya es difícil que se vuelvan a enamorar. Lo que hacen los divorciados es un simulacro del amor que tuvieron un día. Por no aguantar, dan vueltas por los bares y restaurantes preguntando si tienen gazpacho o judías blancas a ver si las preparan igual que su exmujer. Si es así, ya merodean por ese restaurante a la hora de comer pues el estómago del divorciado siente nostalgias culinarias remotas. Y eso es todo lo que pasa en España con el amor sentimental.
La blanca quimera parece que sueña
con un tejido áureo, polimorfo y secreto.
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