TIPOLOGIA. LO QUE HAY.
Es un tipo raro y me recuerda al vendedor de cupones que quiere venderlos a base de enfados cuando el posible cliente pasa de ellos. Es feliz recolectando caricias de gente que le menosprecia. Este otro tiene labios gordos, nariz grande y ojos redondeados como la cara de un payaso triste, y además, aunque parezca irónico, es un payaso. La chica guapilla y que da el pego de amabilidad natural, ni es amable, ni es alegre ni vale para mucho que se diga, adornada siempre de un look de niña pija y conectada al teléfono móvil como su mejor confidente y utensilio. Es jodido presenciar a chicas adolescentes riéndose como tontas de la gente o diciendo tacos grandilocuentes. El viejo calvo niño de la posguerra nunca se definía, una desconfianza innata le había enseñado a dar rodeos y a no señalar ni comentar. Saludaba a la gente con entusiasmo pero en ese pueblo de potentados se despreciaba a los que no vestían como ellos directamente. Iba sujeto a la barra del bus y yo me fijé en él. Tenía el síndrome de la trisomía del cromosoma veintiuno y su rostro no sólo mostraba seriedad sino estoicismo, supongo que regresaba a casa después de la jornada de trabajo, aprendí mucho de él. Decían de él que fue maestro, tenía el pelo y la barba cana y hablaba sólo, y cuando entraba en el bar, al abrir la puerta siempre exclamaba, ¡ qué desastre ! . Le vi un día muy temprano en la biblioteca leyendo un libro con mucha concentración y esa visión se me quedó en la retina. Era una niña que siempre que la saludaba me sonreía y para mi era como si tocara el cielo por unos instantes preciosos. La vida a veces nos da coces, pero nos pone delante a personas que nos orientan y nos sorprenden con un regalo para toda la vida.
Sabemos de sobra que lo malo abunda, lo repiten hasta la saciedad los que son malos para crearse su imagen personal, pero lo bueno se nos brinda como el sendero de una tarde primaveral.
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