Está lejos el mar, también imposible. El puzzle de la vida está por hacer. Las sábanas egoístas me recogen en su seno, me arrullan con una canción pasado el alba. Madrid bulle de gente y de gentes, de andantes corazones que laten velozmente. Es ya tarde para mí, es inminente mi defraudada hora, pasan rápido los mezquinos pasajeros de mi viaje. Posiblemente hoy por la tarde me juntaré con amigos, no desprecio el tiempo pasado con ellos. Me llenan la tarde, me dicen cosas, me alivian minutos de vacío. Es poco lo que me ofrece este dichoso dios de las horas que pasan. Pero voy a mejorar la edad de mis pobres días, como si de un dragón a domar sea la tarea.
Hoy ha dicho el horóscopo que seré feliz.
Seamos felices sin escuchar al horóscopo.
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