Huele usted a oveja. Soy pastor. Debería usted lavarse. Y usted debería irse a tomar por culo de mi vista. Qué antipático. Aquí, el pastor, alza la cayada y le da un garrotazo en el hombro. Que se vaya a tomar por culo, asquerosa zorra. Bueno, bueno. Yo solo pretendía... A la mierda ya, metomentodo, payasa, subnormal. Otro golpe de cayada, esta vez en la cabeza. La cayada se rompe. El pastor llama a un perro. El pastor azuza al perro contra la zorra, que huye ya desesperada. El perro le muerde la zapatilla. La zorra cae en el suelo, se llena de polvo y mierda. El pastor dice: "huele usted a polvo y a mierda todo junto. Debería lavarse". El pastor dice: "vaya usted a arreglar sus asuntos, y no se preocupe por mí. No vuelva otra vez por aquí, que llamo a la guardia civil." El pastor puso otra vez la mirada en el horizonte. "Estas guarras", pensó.
Hay gente muy dispuesta. Ignorante pero muy dispuesta.
Hay gente.
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