Se precipitó al mar todo lo bueno que había entre nosotros. El hombre compite con el viento. Más mentiras no nos harán mejores. Quizás me tenga que disfrazar de arlequín para decir estas palabras. Un hombre guapo invita a no creer en demagogias baratas. La canción suspendida en el tiempo propugnaba la dicha entre la gente. Pero con mentiras. La era del jabalí blanco ya pasó. Ahora estamos en los recovecos de lo falso. Qué mundo hay aquí abajo, todo prosa profana, todo utilitario, todo lleno de coches aparcados. No hay creencias duraderas, todo es baladí y de paso. No me sale la metáfora, no me sale la imagen sencilla. Voy a ver si espabilo de una vez a la poesía. La lucha interna no para de darme quehacer. Hay que leer, pensar y rezar para que no se acumulen las ignominias. La suerte está echada. Ya lo público no volverá nunca a ser lo de antes.
Me alcanza el obús en plena cara, en pleno pensamiento
para decirme que yo mismo estoy en entredicho.
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