Me rasca un poco la garganta y es del tabaco. Estos días he estado un poco nervioso y la culpa la tiene un familiar que es gilipollas integral. El pobrecito lo tiene todo, es un pack de la tontuna. He ido a comprar al supermercado, a esta hora de la tarde la gente es normal, más tarde empieza a desfilar gente que mira de refilón, compra chucherías y luego no le funciona la tarjeta o se pone a charlar con la cajera sobre sus aficiones favoritas. Ayer fui a la farmacia y la coplera de turno nos amenizó con la aventura de su vida, que se hizo una herida en la pierna, etcétera hasta que se me estropeó el estómago. Quedé con unos amigos en un bar hasta que llegó el tonto inevitable a disparar chanzas sobre los demás, que si te queda mal el corte de pelo, que pareces Forrest Gump, que no que es broma, etcétera. Todo lo copó él, el bobo de los cojones, lo que pasa con el familiar que me pone nervioso, igual de insoportable, absurdo e inaguantable. En esto que aparece un tío con traje negro y gafas negras como de halcón predador con actitud agresiva y creó por un momento una sensación de estado de terror, nos miraba a todos desafiante, pero cuando se sentó y pidió un té y un vaso de agua el muy notas, toda la tramoya se vino abajo, este es un pelele pensé yo enseguida. Bueno y el gobierno ahí va, dando tropezón tras tropezón y sales a la calle y no buscas amor, como en la canción, sino que ves unos cuadros que espantan, la sociedad está mal y el gentío peor, la gente no habla, musita, eso sí, pasa mucho desnucado móvil en mano y va dando tumbos como todo. La res está mal, malita, y desde el este llega la amenaza, aunque esté lejos e ignorada y en el interior, mal tiempo, y ya no hace buen tiempo ni en Canarias.
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