España toda aquí, lejana y mía. No es España la que duele porque el pueblo tiene ojos y oídos con que ver y oír. Son sus dirigentes absurdos que no quieren la paz sino el enredo. Pero ya se llevarán la respuesta un día de estos. Cantamos todos al mañana, al futuro sin mentira, al bienestar del pueblo. Los soles que giran en el espacio, todos ellos, son un bien colectivo que surgirá de entre las lejanías y alumbrarán un día alegre y sin fisuras. Todo está en nuestra mano pero me da que nos tienen confundidos. Hablad de las escuelas y de los hospitales, no de acuerdos con criminales. Hablad del futuro de los niños y no de los que quieren comer aparte. Hablad de los problemas mentales de la gente y no de viejos dirigentes que condujeron a la gente a la separación y el odio entre familias. Todo es una gran mentira, una distracción para no hablar de los problemas reales: el paro, la educación, los suicidios...
Por el sur no existía ni luz, ni agua, ni ceniza
para unir los corazones ya rotos.
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