Las obligaciones van haciendo mella en la gente pero el lunes o el miércoles habrá espantada para descansar. Unos se van al pueblo y otros, al mar. En Madrid se intuyen apretones de turistas en las calles céntricas. La belleza no procura dulces sueños sino que hay que ir detrás de ella sin descanso. Lo bueno y lo bello exigen un esfuerzo. Me leo la historia de un niño pijo de EEUU de los años 50. No me acordaba ya de nada (lo leí hace años). La vida me rodea con el mismo esplendor que la eternidad. Es verso este muy subidito de moral pues la eternidad es el paso que damos para vivir en la gloria. La gloria no es de este mundo. Por nosotros los escritores es sonora la vida, se llena esta de una ficción mágica, de un invento colosal que hace pasar el rato y hace funcionar a las neuronas. Dejemos que el escritor diga y hable. En el fondo de su corazón creativo habita la belleza y la bondad.
Yo no sé qué demonios hace la estatua de Quevedo
en la glorieta de Quevedo. Que me lo expliquen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario