Prepárate, va a estallar el obús. Ya no tengo miedo a nadie. Yo buscaba en mi mente las huellas de mis primeras lágrimas pero ya no estaban allí. Los recelos pasados quedarán arrumbados contra el muro. Señalan con el mentón a mi figura pasajera y le dicen: sigue tu camino. Yo lo sigo y pretendo olvidarlos para siempre. No quiero verlos ni oír su conversación triste, llena de acusaciones y limitaciones torpes. Los amigos de color celeste me esperan el sábado en el baile. Llegaré, jugaré y venceré y volveré al camino llano y conocido. La radio se llena de voces sonrientes y me anima la vida. La vida se llena de risas esperanzadas y muelles como un sofá muy grande donde tumbarme. El laberinto de la mente ya se está señalando con el hilo de la doncella para poder salir.
Leves, mojadas, melodiosas,
así son las voces nuevas de mi garganta que pugnan por salir de mis labios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario