Hay un país para el desengañado. Lo habitamos los que buscamos la verdad y no la hallamos. Los falsos y mentirosos viven en otro dominio hecho de patrañas y les va bien porque en esta vida perra, la gente compra la mentira sin preguntar. Hoy canta el pueblo una copla, la va llenando de vino y gargantas roncas. La vida es como se puede no como se quiere. A eso hay que atenerse. La madrugada pronto dio paso a la sequedad de trato, a la callada por respuesta, a lo escondido. Si no cuentas, parece que mientes de alguna manera. La calle está llena de un empedrado triste, de un olor nauseabundo, de un dolor admitido. En un jardín te he soñado, te lo he dicho con la pasión de un hombre sincero pero no apareces, no apareces.
Para saber quién es quién
pregunta por su intimidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario