La piedra es la piedra. Es duro luchar contra ella. La mentira se adueña del espacio público. Hay que distinguir. Pero no me interesa la política que está tan sucia. Me gustaría más crear un metáfora, una comparación con solo una parte. El osito de peluche se sabía todos los trucos. Las nubes que pasaban solo tapaban el sol, no creaban agua. Me eché a caminar y el camino se volvió camino. La mirada de agua pronto empezó a llorar por lo que estaba pasando, pero yo le dije: esto es el reflejo de la calle y se calló y no lloró más. La pena es que no solo son ellos los que engañan. Engaña la gente que todo lo oculta y tergiversa. No es culpa nuestra que nos mientan. Es de toda la humanidad que ya no sabe vivir sin la mentira, se ha acostumbrado a ella. La mañana nos dice que todo ha cambiado para mal. No se puede ser sincero en esta vida llena de hienas. Tengo el jersey sucio. Y tengo la sensación de que la gente ya no va a ser sana jamás.
Me cuantas que ya no crees en el hombre
y te digo: ¿quién cree en el hombre hoy?
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