lunes, 25 de marzo de 2024

 Esta era una señora que siempre estaba a disgusto con lo que tenía. Quería tener más cosas, quería tener otra casa, quería hacer más viajes, quería comer más cosas ricas, quería, como hemos dicho, más de lo que tenía. Esta persona era muy triste e irascible porque no tenía lo que quería. Iba por la calle con un gesto de rabia o de desilusión constante. Había sido, según ella, la esclava de su padre, al que no apetecía ver. Había sido una pobre mental, pues no había conseguido formarse espiritualmente en vida. Pero bueno. Dejemos de hablar de esta señora tan desagradable y vamos a hablar de los ríos. Debe de ser impresionante ver el río Duero o Ebro correr. También debe de ser impresionante ver el Amazonas. Solo vivimos de la confianza de que existen las cosas pues no las vemos. Todo es aprendido, no vivido. Punto y final.

Las personas son lo que hacen con sus vidas.

La suerte no interviene en esa formación.

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