martes, 26 de marzo de 2024

 Tan lejos el relieve del día, la sensación de estar equivocados. Llamaré a Dios las veces que hagan falta para pedirle la normalidad de las cosas, el diario suceder de la tranquilidad sin ánimos soliviantados. Hace falta mucho aguante para lidiar con los soles empecinados. Se alinean unos con otros y reverberan. Las olas de preocupación vienen a mi lado y me cansan. Ya lo decía esa mujer: tengo un hijo que hace lo que le da la gana. Es cuestión de ir viendo si el amanecer se cuela por los sesos y los hace otros más serenos. La materia del canto no está todavía fundida en el fuego, domeñada en la garganta. Es teorema sutil volver las canciones en amor a la calle y a las gentes. Estoy gordo. Ayer llovió de noche. Necesito ejercicio.

Está bien envolverse en el recuerdo de vez en cuando

pero el presente es el que nos va haciendo.

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