viernes, 9 de julio de 2021

Hace mucho que no compro El País, me parece muy hueco y acomodaticio y sigue al gobierno en eso del feminismo radical y lo trans y lo LGTBI. A mí esos temas no me interesan. Sin embargo, compro los jueves el ABC. Ese día, ese periódico trae una sección que se llama Alfa y Omega. Son las dos letras primera y última del alfabeto griego. Aparecen en los cementerios porque allí está comúnmente el final de los que han nacido. Esta sección, de unas diez páginas, hablan de religión, pero no es eso lo que me importa, sino el optimismo que rebosan todas las noticias que se dan. Hablan monjas misioneras en África, hablan obispos, habla gente de la calle, salen vidas de santos pero lo que tienen en común todos los que hablan o escriben su experiencia o pensamiento es que lo hacen en positivo y yo me cargo de esa energía cuando los leo y me pongo contento. No hay en ningún periódico de tirada nacional una cosa como esta. Quizás La Razón lo tenga pero no lo sé. El País algunas veces, tiene noticias esperanzadoras de economía, por ser este un periódico de tintes materialistas y ateos pero nada comparado con los testimonios de Alfa y Omega. Por eso lo leo.

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