martes, 21 de julio de 2020

Yo noto que este verano no es como los anteriores. Hace menos calor. No sé si es una apreciación personal, pero yo recuerdo el cielo de las noches de julio de color amarillo sin una gota de viento, soportando temperaturas de 20 y pico grados. He estado en el pueblo y luego aquí, en Majadahonda y una ligera brisa se levanta por la noche del séptimo mes y deja dormir.
Yo tengo una hipótesis o teoría que me hace creer que estos dos meses de confinamiento, sin que se movieran muchos aviones ni que los coches anduvieran de acá para allá ha hecho que el CO2 de la atmósfera se relajara y así, el cielo no se ha recalentado demasiado.
Por otro lado, nos han visitado borrascas y nubes que han hecho que el sol se encubriera, cosa que el año pasado no ha sucedido.
Voy a escribir una historia de unas 30 páginas relatando la sociedad actual y su relación con la naturaleza. Resulta que he encontrado un libro de historia universal en el pueblo que explica la evolución del mundo en estos dos siglos (XIX y XX) de una manera muy clara y me ha llamado la atención eso: la relación de unos hombres con otros (proletariado y burguesía, colonos y colonizados, hombres y mujeres) y luego, dando vueltas a la cabeza me he dado cuenta de que somos muchos y muy caprichosos y eso no hay Tierra que lo aguante.

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