sábado, 9 de noviembre de 2019

Al final, no he ido a Madrid. He estado con mis amigos hablando de sus respectivas familias y la mía. Ellos también tienen problemas con familiares metomentodo, mandamases y codiciosos. Gentuza la hay en todos los sitios y puede que estén demasiado cerca de ti. Hará casi un mes que no veo a mis sobrinos ni a mi hermana ni a a mi cuñado y no los quiero ver, así que estoy conforme. Siempre que aparecen en escena es para echarse a llorar.
Vivimos en compartimentos estancos y cda uno va a su bola y cada uno en su casa y Dios en la de todos. Que no me vengan con mamoneos de que quiero esto, quiero lo otro y no den explicaciones a la cara. Andan todos de espaldas nuestras, no aparecen cuando se les necesita y aparecen para hacer un sainete estúpido que nadie entiende. Mi familia está llena de intrigantes bobos que cuando se los necesita no acuden y nos montan circos sacados de la chistera de la gilipollez.
Bueno, mientras se les diga que no a sus insensatas propuestas y se les muestre indiferencia y un poco de mano izquierda, la cosa puede estar bien.

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