domingo, 31 de marzo de 2019

Estando yo ejerciendo de profesor interino, me destinaron a una sustitución a Aluche, un barrio de Madrid. Recuerdo que yo me porté mal con los alumnos, no los comprendí. Estos alumnos eran de diversificación, un plan que consiste en reducir los contenidos y las asignaturas porque eran chicos con problemas. Se lo puse muy difícil y un día me burlé de ellos malamente. Tenía yo un compañero profesor que me sableaba el desayuno todos los días que se burlaba de ellos también. Yo estaba muy disperso en aquella época. Me recuerdo como eufórico y atolondrado y con problemas con mi hermano por la ludopatía. Los dos jugábamos a las tragaperras. Recuerdo la cara de la profesora titular al verme: me miró como se mira a un delincuente. Le regalé a un alumno de origen africano un libro, hice llorar a otra chica africana y tarde me di cuenta de que estaba equivocado con ellos. Dios, en su justicia, me hizo ir a otro instituto en que fracasé totalmente y empecé a tener problemas mentales (obsesiones, neurosis, ansiedad...) Tuve que dejar de ser profesor por un tiempo, pedí la renuncia. No sé si un profesor interino actualmente puede pedir la renuncia y luego volverse a presentar a oposiciones. Yo sí lo hice. Me da pena aquel recuerdo de aquellos chicos a los que no servía de ayuda sino todo lo contrario. Yo pagué en el otro instituto lo que les hice a aquellos chicos que eran de origen humilde y tranquilo y yo les fui a intranquilizar sus vidas con mi actitud penosa.

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