miércoles, 16 de mayo de 2018

Luis Rojas Marcos, presidente del sistema de hospitales públicos de Nueva York, ha escrito un libro hace ya tiempo que se llama "Latidos de fin de siglo". Este hombre ha visto de todo, por el puesto que ocupa. En este libro habla de infinidad de problemas del mundo moderno. Uno de ellos es la anomia, la falta de normas que hay en la gran ciudad. Yo creo que dice generalidades sobre esa anomia. Yo veo que la gente cada vez tiene menos escrúpulos morales a la hora de convivir unos con otros, son más bestias o más animales. Ya dije que las drogas, la incomunicación, lo virtual, está haciendo estragos entre la gente. La gente anda solitaria y recelosa de los demás, la gente ni estudia ni trabaja y si trabaja, no hace más que quejarse del trabajo, todo le parece un gran esfuerzo. Por la televisión (mucha gente solo tiene una cultura pobre televisiva) se ofrecen las cosas mejores del mundo a un público zafio que no tiene dinero para comprarlas. He ahí el disgusto, la anomia, el deseo siempre irrealizado. Todo el mundo quiere el último modelo de coche, las vacaciones más rutilantes, el anillo que más luzca por culpa de esa triste cultura televisiva y tiene lo que se merece pues no ha estudiado, no se ha esforzado en la vida, son unos cafres que se sientan en el sillón y ven lo que les echan, sin discriminar, pues no tienen capacidad crítica de ver la mierda y apartarse.

Este mundo es un anzuelo sin ni siquiera lombriz.

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