lunes, 26 de enero de 2015

A mí me gusta mucho Pérez Galdós. Hay qué ver cómo dominaba el idioma, cómo ponía el adjetivo correcto, cómo hacía la descripción adecuada, cómo retrataba al personaje llevándonos de la mano en todas sus andanzas como lectores. Me gustaría leer "El doctor Centeno", obra suya que empecé a leer y la dejé por otra.
Pero Galdós es muy bueno y muy cristiano en la concepción de sus novelas. En "Misericordia" hace de una mendiga, Benina, toda una heroína y una santa. Vi "El abuelo" en película, muy buena también. La filosofía de Galdós se puede resumir a muy grandes rasgos en un cristianismo sin iglesia. El creía que los evangelios, sus enseñanzas, sacarían del atraso a España. Creía que una clase media fuerte en España es la que la sacaría adelante, por eso pintó los vicios y virtudes de esa clase social, hasta que el escritor canario empezó a escribir una serie de novelas basadas en los evangelios como "Nazarín" o "Realidad". Tenía una idea, tenía una habilidad y tenía la obsesión de cambiar la sociedad que le tocó vivir. Si quieres cambiar el mundo, ten un ideal profundo.

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