miércoles, 20 de enero de 2021

Estos poetas consiguen que mi pobre memoria consiga recordar algunos versos bonitos y decidores. Estos poetas no viven bien su amor por las personas y las cosas ya que vivieron en dictadura. Aparece la soledad con mucha frecuencia, la melancolía y el desprecio del mundo pero consiguieron con sus versos bellos decir al mundo cosas bonitas. El próximo poeta es José Manuel Caballero Bonald. Es un autor de expresión cuidada y actitud reflexiva. Nació en Jerez de la Frontera. Se unió al grupo "Cántico". Después fue a Bogotá. Es barroco en su poesía y dice que la poesía le rejuvenece. Es premio Príncipe de Asturias.


                            MI PROPIA PROFECÍA ES MI MEMORIA.

de "Memorias de poco tiempo".



Vuelvo a la habitación donde estoy solo

cada noche, almacén de los días

caídos ya en su espejo naufragable.

Allí, entre testimonios maniatados,

yace inmóvil mi vida: sus papeles

de tornadizo empeño.

                            La madera,

el temblor de la lámpara, el cristal

visionario, los frágiles

oficios de los muebles, guardan

bajo sus apariencias el continuo

regresar de mis años, la espesura

tenaz de mi memoria, toda

la confluencia simultánea

de torrenciales sueños que me inundan. (...)


Lo primero a destacar son los encabalgamientos de un verso a otro. Son muy llamativos. "Naufragable" es un neologismo creado por el poeta. Se aplica a espejo: no sé muy bien qué quiere decir; puede ser algo así como que los días se miran en el espejo y naufragan por ser los días algo inútil o abocado al naufragio: soledad, abandono, oscuridad del mar que se traga todo. Habla de la habitación y me ha gustado mucho el término "almacén de los días": no sé si se refiere a la habitación o a la noche pero liga muy bien con naufragio. En un almacén parece que todo se pierde, que pierde además su valor personal e individual. Viene a decir que los días son todos despreciables. Es como un taedium vitae: todo pasa sin sabor. Luego va remarcando partes de la casa: madera, cristal, muebles. Estos objetos le llevan a recordar, a incentivar su memoria. Luego, en el poema va diciendo que todo es imagen de su memoria y cierra el poema diciendo: "la memoria es la esperanza de ser lo que ya he sido". O sea, para Bonald, el oficio de recordar le vuelve a vivir lo vivido, a ejercitar la memoria



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