domingo, 22 de diciembre de 2019

Puede que la vida me esté sonriendo pero yo no le veo la gracia todavía. Sobre todo porque estoy rodeado de unos indeseables que me hacen la vida difícil. Si esos seres se ocuparan de lo suyo y dejaran a los demás en paz, otro gallo cantaría. Y es que tengo que verlos estas navidades y no quiero verlos ni en pintura.
Bueno. La vida es así.
Ojalá pudiera ponerme enfrente de ellos y decirles lo mamarrachos que son y soltarles cuatro frescas y quedarme a gusto pero no se puede porque hay que guardar el decoro familiar.
Sin embargo, ellos no dudan en joder al prójimo lo más posible y no se dan ni puta cuenta que hacen daño. Qué narcisistas. Qué psicópatas. Lo malo abunda, como decía un conductor de autoescuela.
Y bueno, mutatis mutandis, la gentuza campa a sus anchas por esta España endemoniada y así nos va: que gobiernan los malos. Los votantes son reflejo de esos asquerosos políticos.
Yo lo veo. La gente es negativa y asquerosa y por eso vota partidos vomitivos y asquerosos.

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