jueves, 19 de noviembre de 2015

Mi hermano dice que si yo voy al supermercado y cojo un paquete de lentejas que a lo mejor vienen de Chile, eso es la Providencia o poco más o menos. Pero en tiempos antiguos, sembrar la lenteja, escardarla, recogerla (si no se la había comido el gorgojo), también es la Providencia. Yo creo que Dios dijo: esto creo y lo creó y luego, si te he visto no me acuerdo. Pero Paco aún dice que Dios está velando por nosotros y actúa en las situaciones más complejas o más sencillas y eso es la Providencia. No se qué opinarán los marxistas de la Providencia. O los capitalistas pero Paco piensa que en el mundo todo lleva una elaboración: las leguminosas exigen la labranza, la siembra, la eliminación de hierbas malas, la recolección, la limpieza de la semilla (eliminación de piedrecitas), empaquetado, transporte al por mayor y distribución minorista en supermercados. Si esto no es la Providencia, que venga Dios y lo vea. Lo que pasa es que hay pijos que no se dan cuenta de nada de todo esto y así va el mundo. En Occidente, por lo común, el usuario de supermercados simplemente hace un gesto de recogida y pago del producto pero haría falta conciencia de todo lo que supone el consumo en general. Esto es la Providencia. Y el que no se lo crea, que siembre lentejas o garbanzos por su cuenta. 

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