martes, 24 de noviembre de 2015

Dice una canción de Sabina: "hay que saber saberse administrar" y luego hace una alusión a unas lentejas, comida que resume la administración de una casa. En esta crisis, hemos sabido ser estoicos a la fuerza. La doctrina estoica dice que hay que resistir los embates de la vida con dignidad.
La iglesia cristiana adoptó esa actitud estoica que viene de una filosofía griega muy antigua. El estoicismo es como una especie de heroísmo de la supervivencia, de saber vivir con poco, de resignarse y de ser sabio en las adversidades.
Mi hermano Paco se considera estoico, le mola mucho la idea de ser estoico, como un monje, como Quevedo, como un pobre.
Como ricos hay pocos y pobres muchos, la filosofía estoica nos da la base del comportamiento ante la pobreza, aunque no sepamos qué es el estoicismo.
Su contrario es lo epicúreo, el disfrutar de la vida como cerdos. Yo me consuelo pensando que solo hace cien años, en 1915, las condiciones de vida eran pésimas, pero que muy malas. Y hemos avanzado un montón, así que no nos quejemos tanto.

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