jueves, 19 de noviembre de 2015

El lobo alfa se come las entrañas del venado. Ha sabido conducir a la manada hacia la presa. Es el más fuerte y el más experimentado. Pero entre los humanos, el hombre alfa a veces es el más gilipollas y no sabe conducir a la masa orteguiana más que a la catatumba. Esto lo vemos todos los días. El hombre tiene conciencia y vicios y virtudes. Aquel que desarrolla y se ocupa más de sus virtudes le dan de palos comúnmente y al hijo puta que cultiva vicios y egoísmos triunfa como un campeón. De la manada de los lobos ninguno se queda sin comer pero de la manada de los humanos, muchos pasan hambre. ¿Por qué será? Porque el hombre cada vez es más irracional. Entre vicios y guerra y hambre han muerto en el mundo un número indeseable y atroz de gente. ¿No sabemos dónde está el venado? ¿no sabemos elegir a nuestros líderes? Parece ser que no. Freud dijo que el hombre no es racional; al revés, oculta un inconsciente que le hace ser una pura bestia para los demás. Freud descubrió que el hombre es un monstruo, que sueña con matar y otras cosas peores. ¿Qué es el ser humano? Una pregunta que se queda sin respuesta.

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