jueves, 19 de noviembre de 2015

Cataluña y el País vasco son dos dolores de cabeza intermitentes que ha tenido que sufrir España. Y con odio. Y con muertes, que es lo peor. Eso de que Madrid les oprime me da asco. Con Franco vivieron muy bien ambas comunidades pues allá se fue la riqueza. Y luego querían más. Hablo en términos políticos, no humanos. No digo yo que no haya gente de buena fe en ambas comunidades. Pero también hay un ansia de aprovechamiento, un odio visceral, una asquerosidad hipócrita en ambas comunidades. Desde Sabino Arana o desde el furibundo catalanismo de mierda, todo ha sido querer ser no España. "Los españoles", dicen, los maquetos, dicen, los charniegos dicen, esos mierdas del nuevo nacionalismo egoísta y puerco.
Y es que no hay peor política que la que trabaja para unos pocos y estos están locos, perdidos por el ansia de ser más. ¿Más qué? Más catalanes, más vascos, más racistas, más exclusivos, más mierda al fin y al cabo. Que conste que hablo solo de política.

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